A lo largo de su carrera realizó más de 400 litografías y grabados en madera, y también unos 2000 dibujos y borradores. De muchos existen decenas de reproducciones, cientos e incluso miles de otros. Al final de su carrera destruyó algunas de las planchas para que no se realizaran más reproducciones de originales. También existen estudios y borradores de muchas de sus obras, en ocasiones también varias versiones de algunas de ellas. Muchas de sus obras se vendieron masivamente poco después de su muerte y están esparcidas por el mundo. Un grupo importante está expuesto de forma permanente en el Museo Escher en La Haya, Países Bajos

Maurits Cornelis Escher (1898-1972) quería encerrar el infinito en una hoja de papel. Esa fue su obsesión en vida y el hilo conductor de muchas de las xilografías y dibujos que creó después de su segunda visita a la Alhambra, en 1937. Ya había estado en el palacio nazarí a finales de los años 20, pero no se fijó tanto o no le imbuyeron de la misma forma los 17 patrones geométricos presentes en el recinto. Así que mientras en España se libraba una guerra civil, Escher dejaba de pintar paisajes y pasaba del escapismo al intelectualismo en un abrir y cerrar de ojos.
El teselado hiperbólico lo pone en práctica en Círculo Límite y en otras obras similares donde juega con el concepto del infinito, unas veces de dentro hacia afuera y otras desde los límites del papel hasta el centro. Escher, obsesionado con la geometría y las superficies reflectantes, creará en 1935 uno de sus trabajos más famosos e icónicos, Mano con esfera reflectante, un autorretrato. Decía que le fascinaba la esfera precisamente por la capacidad de situar al artista en el centro del papel, o del universo.
No será hasta los años 50 que el holandés incorpore a sus creaciones otro de sus símbolos más característicos, las paradojas geométricas. Son ilustraciones y xilografías donde lo de arriba está también abajo, y viceversa. "¿Estáis realmente seguros de que un suelo no puede ser también un techo?", decía cuando la gente le preguntaba por sus dibujos Convexo y cóncavo, Relatividad o Belvedere. Este último es un detalle del infierno de El Jardín de las delicias, de El Bosco.